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CARACTERIZACIÓN DEL JUEGO PATOLÓGICO

La diferencia entre un juego no problemático y el juego patológico estriba en la capacidad de la persona para controlar de forma voluntaria su implicación en el juego, para dejar de jugar cuando lo desee. Sin embargo, en los jugadores patológicos la percepción de este control está frecuentemente alterada.

Se puede caracterizar el juego patológico como “una enfermedad adictiva en donde el sujeto es empujado por un abrumador e intolerable impulso de jugar. El impulso persiste y progresa en intensidad y urgencia, consumiendo cada vez más tiempo, energía y los recursos emocionales y materiales de los que dispone el individuo. Finalmente invade y a menudo destruye todo lo que es significativo en la vida de la persona”. 

La evolución hacia la conductas de juego lúdico hasta el desarrollo del juego patológico se caracterizan por una espiral de deterioro progresivo. Inicialmente la persona se acerca al juego para divertirse o pasar el rato, incluso puede que con el objetivo de ganar dinero de forma más rápida y fácil. Posteriormente empieza a jugar de forma sistemática y cada vez más frecuente, en parte por el placer del juego por el propio riesgo que conlleva y la situación de reto que supone dominarlo. Esto suele provocar pérdidas económicas cada vez más importantes. Cuando las pérdidas se acumulan y no se tienen más recursos, el juego se convierte en la única solución posible para recuperar las pérdidas, con lo que comenzará a buscar más dinero para recuperar todo lo que ha perdido hasta la fecha. 

Los pensamientos erróneos sobre la supuesta capacidad de controlar el juego: ilusión de control, guían esta actuación,, pero los resultados no cambian y el endeudamiento es cada vez mayor. A medida que la implicación avanza, las conductas y pensamientos están más centrados en el juego, interfiriendo con todo aquello que no tenga que ver con el mismo, por lo que los aspectos profesionales y personales quedan sometidos al interés por el juego.

ALTERACIÓN DE LA CONDUCTA EN LOS LUDÓPATAS

Las personas con problemas de juego patológico presentan una alteración conductual en múltiples ámbitos de su vida cotidiana. Las conductas más características son: 

CONDUCTAS MOTORAS


1. Que cada vez apuesta más que la anterior, lo que finalmente le lleva a que la última apuesta suela ser la más elevada

2. Que tiene un nivel previo de apuesta determinado por las sesiones anteriores, con o que comienza sus apuestas con un nivel intermedio entre el inicial y el final de la sesión previa

3. Que busca aumentar el riesgo asumiendo en las apuestas a lo largo de la sesión, lo que puede hacer aumentando la cantidad de dinero que apuesta o cambiando a apuestas de mayor riesgo cuando existe falta de dinero


CONDUCTAS COGNITIVAS 

(pensamientos, sentimientos, emociones)

Ilusión de control: el jugador patológico piensa que tiene una estrategia que le permitirá ganar, piensa que el azar no controla completamente los resultados de juegos, y que ellos pueden controlar el azar

Las predicciones sobre los resultados que se producen porque el jugador percibe una importante dependencia entre una jugada y la siguiente. No se considera que las secuencias del juego son independientes y aleatorias entre sí, es decir, que sea el azar el que determina cada jugada, sino que se trata de resultados relacionados en los que es posible predecir y controlar lo que va a suceder en una jugada según lo que haya sucedido en las anteriores.

CONDUCTAS FISIOLÓGICAS

Se produce un incremente en la frecuencia cardíaca en la situación de juego, mostrando una correlación positiva elevada entre los pensamientos erróneos y el aumento de dicha activación.