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JUEGO PATOLÓGICO


Lo que llamamos azar es
nuestra ignoracia
de la compleja maquinaria
de la causalidad

Jorge Luis Borges





El juego patológico se sitúa dentro de los trastornos de falta de control de impulsos.

El jugador patológico o ludópata cree que "su suerte va a cambiar", y tiene un pensamiento mágico sobre el juego

El gran problema es que la espiral del juego patológico pone en peligro las relaciones personales, el trabajo, la familia y la seguridad económica de la persona que padece este problema.



QUÉ ES EL JUEGO PATOLÓGICO

El Juego Patológico o ludopatía es un trastorno que se engloba dentro de los trastornos de control de impulsos y que deriva en una adicción de muy serias consecuencias.

Los motivos por los que una persona comienza a jugar son muy variados: "echar el par de monedas que le sobran de un cambio", jugar unos cartones en el bingo, probar suerte con una bonoloto...la idea que subyace siempre es una ilusión por conseguir un premio que nunca consideran que va a ser pequeño.

La ilusión siempre es un gran premio, y en base a ello van jugando cada vez más. Pocos jugadores son capaces de darse cuenta que su inversión es poco rentable, y que por mucho que jueguen siempre serán mayores las pérdidas.

El juego pierde su parte lúdica para convertirse en una necesidad, en una obsesión y poco a poco desplaza cualquier otra actividad que antes realizaba el sujeto: surgen problemas familiares importantes, ya que el jugador suele comenzar a utilizar dinero de la economía doméstica como una "inversión" en el juego, y en ocasiones sustrae dinero de su trabajo que piensa que podrá devolver.

A este tipo de comportamientos en muchas ocasiones se suma un incremento de la ingesta de alcohol, que suele convertirse en un problema añadido.

El jugador poco a poco se aísla de su familia y entorno, tiene un importante cambio de comportamiento, mostrándose arisco y poco comunicativo, miente, se involucra cada vez menos en sus relaciones personales, familiares y sociales y vive para el juego.

Es necesario que el jugador patológico se conciencie de que está destrozando su vida, y probablemente haciendo infelices a los que le rodean.

Un programa completo de tratamiento de la ludopatía incluye una parte conductual (abstención total del juego) y una parte cognitiva, reorganizando los esquemas de pensamiento que están deteriorados en estas personas. En muchas ocasiones la terapia se completa con sesiones familiares, ya que estas relaciones suelen estar muy deterioradas.

CARACTERIZACIÓN DEL JUEGO PATOLÓGICO

La diferencia entre un juego no problemático y el juego patológico estriba en la capacidad de la persona para controlar de forma voluntaria su implicación en el juego, para dejar de jugar cuando lo desee. Sin embargo, en los jugadores patológicos la percepción de este control está frecuentemente alterada.

Se puede caracterizar el juego patológico como “una enfermedad adictiva en donde el sujeto es empujado por un abrumador e intolerable impulso de jugar. El impulso persiste y progresa en intensidad y urgencia, consumiendo cada vez más tiempo, energía y los recursos emocionales y materiales de los que dispone el individuo. Finalmente invade y a menudo destruye todo lo que es significativo en la vida de la persona”. 

La evolución hacia la conductas de juego lúdico hasta el desarrollo del juego patológico se caracterizan por una espiral de deterioro progresivo. Inicialmente la persona se acerca al juego para divertirse o pasar el rato, incluso puede que con el objetivo de ganar dinero de forma más rápida y fácil. Posteriormente empieza a jugar de forma sistemática y cada vez más frecuente, en parte por el placer del juego por el propio riesgo que conlleva y la situación de reto que supone dominarlo. Esto suele provocar pérdidas económicas cada vez más importantes. Cuando las pérdidas se acumulan y no se tienen más recursos, el juego se convierte en la única solución posible para recuperar las pérdidas, con lo que comenzará a buscar más dinero para recuperar todo lo que ha perdido hasta la fecha. 

Los pensamientos erróneos sobre la supuesta capacidad de controlar el juego: ilusión de control, guían esta actuación,, pero los resultados no cambian y el endeudamiento es cada vez mayor. A medida que la implicación avanza, las conductas y pensamientos están más centrados en el juego, interfiriendo con todo aquello que no tenga que ver con el mismo, por lo que los aspectos profesionales y personales quedan sometidos al interés por el juego.

CÓMO SE LLEGA A SER LUDÓPATA

A continuación se expone el proceso de adquisición de una ludopatía, siguiendo el ejemplo de inicio por las tragaperras, por ser el más habitual, y muchas veces la puerta de entrada a otro tipo de juegos, como las apuestas.


La persona que comienza a jugar a juegos de azar y apuestas lo hace en algunos casos por aproximación casual: jugar unas monedas para probar suerte. Otras se inician por invitación de amigos para jugar (apuestas) como una actividad social. 

El proceso de adquisición de la dependencia del juego va pasando por una serie de fases (Custer, 1987):

1ª Fase: Se destacan las ganancias que produce el juego. No es casualidad que un grupo importante de jugadores patológicos en los primeros momentos consiguieran premios. Esto, unido a la baja cantidad económica que han invertido, les crea una expectativa de ganancia importante. 

Las pérdidas son casi insignificantes y los premios una “tentación”, que actúan como un potente reforzador no sólo en el aspecto económico (obtener dinero) sin o también ante las expectativas de la persona respecto a su “buena suerte” y la posibilidad de “sacarle dinero” a la máquina cuando esté “caliente”, desarrollando un sistema por el cual creen cuándo deben jugar y ganar a la máquina. Esto genera una “ilusión de control”, un fenómeno irreal, ya que en realidad, las ganancias o pérdidas están fuera del control del jugador. Las distorsiones cognitivas (pensamientos erróneos) que suelen presentar los jugadores hace que tengan memoria selectiva: recuerdan las ganancias y minimizan las pérdidas.


2ª Fase: se aumenta la cantidad de dinero dedicada al juego, y se le dedica tiempo y esfuerzo al estudio de las apuestas con el objeto de “controlar” a la máquina. Cada vez se invierte más dinero para ganar o recuperar lo perdido y porque el jugar produce un placer especial, y probablemente distinto al que sienten los jugadores no patológicos. En muchos casos el juego sirve para aliviar la disforia y monotonía, o para evadirse de los problemas.  

3ª Fase: se juega más cantidad de dinero a la desesperada, con la idea de pagar las deudas, aunque en muchos casos es consciente que no se van a pagar. Aumentan los problemas económicos, endeudamiento, problemas familiares, personales y de relación social. En algunos casos se continúa jugando por el placer que produce el hecho de jugar, en otras como evasión de problemas. Los jugadores más deteriorados juegan aunque pueden encontrarse mal incluso jugando, pero continúan haciéndolo.